La psicomotricidad fina es una de las principales destrezas en el desarrollo en las primeras edades escolares.
La motricidad fina es esencial para que los niños y niñas aprendan hábitos diarios como vestirse, abrochar botones y cremalleras, atarse los cordones, lavarse los dientes, manejar los cubiertos, pintar, apilar objetos, etc. La mejora de estas destrezas entre los 3 y 6 años es de suma importancia para que puedan progresar en estas habilidades, además de proporcionarles autonomía y una buena autoestima.
A medida que los estudiantes van creciendo se obtienen movimientos con un mayor control y dominio. Además de incrementar sus habilidades de experimentación y aprendizaje, a través de las manos se reciben continuas estimulaciones sensoriales que se irán integrando poco a poco en su vida. Asimismo, el trabajo en la coordinación visual- manual será primordial en un futuro para actividades tan importantes como la escritura», explica Marian Cabello, profesora de 2 años del Colegio Zola Villafranca.
«En la Escuela Infantil utilizamos infinidad de materiales: pinzas, canicas, pompones, plastilina, arcilla, papel etc… así como un programa de estimulación específica de dedos, manos y brazos, que preparan nuestro cuerpo para conseguir movimientos cada vez más coordinados, definidos y específicos», explica.
¿Cómo trabajar la motricidad fina con material elaborado?
Para llevar a cabo estas actividades se trabaja con materiales reciclados que utilizamos de manera diferente a la habitual consiguiendo captar su atención.
- Actividades como sacar pañuelos de una caja, despiertan su curiosidad y la estimulación sensorial, persiguen afianzar la coordinación-ócuo manual y trabajar la utilización de la pinza.
- Introducir limpiapipas de colores en los agujeros de una cesta o colador. Se pueden hacer formas, nudos, etc.
- Jugar con pinzas para trabajar la fuerza en dedos y manos, y al mismo tiempo la estabilidad en el codo y el hombro. Prueba a introducir objetos pequeños dentro de una hielera y deja que exploren con las pinzas.
- Modelar con plastilina, se trata de un material que despierta la creatividad de los pequeños. Su manipulación (apretarla, amasarla, estirarla, enrollarla…) resulta una interesante experiencia sensorial, además de fortalecer los músculos de sus dedos.
¿Qué objetivos pedagógicos se persiguen?
- Ayudan a los niños a estimular su imaginación y su creatividad.
- Les enseña a usar los materiales de forma responsable y no desperdiciar recursos.
- Se trabaja junto a ellos la paciencia y la concentración, además de ser una actividad que se puede realizar en familia y pasar un tiempo divertido.
- Su lenguaje también mejora gracias a la necesidad de expresar sus ideas.
- Se educa en el desarrollo de valores y hábitos adecuados.
Por equipo de primer ciclo de Educación Infantil.