El final de un nuevo comienzo

Cynthia de la Torre, responsable del programa de Pensamiento Emocional del Colegio Zola Villafranca, nos comparte su reflexión sobre lo que ha supuesto este curso para todos.

El otro día, mientras ojeaba unas páginas de Internet, me encontré con esta frase: «Y un día llegué a cierto punto del camino y lo supe: definitivamente soy más fuerte de lo que imaginaba (@lavidadenicol)». Automáticamente mi mente relacionó esa frase con lo vivido en los últimos meses:

  • Familias y profesores, un gran equipo. Supongo que no diré nada nuevo si afirmo que en septiembre prácticamente todos los docentes creíamos que en un mes estaríamos de vuelta a casa, al encierro, al horrible y triste ordenador solitario. Pero, ¡no fue así! El esfuerzo, la preocupación por la salud y las ganas de seguir levantándonos cada mañana para venir al colegio nos hizo más fuertes que nunca. Familias y profesores nos convertimos en un solo pack capaz de llevar a cabo los mayores retos imaginables por conseguir mantener la salud y el bienestar de nuestros alumnos.
  • Alumnos, los grandes protagonistas, pero sobre todo, los grandes resilientes. Han sabido sacar el lado positivo a cada circunstancia y se han comprometido hasta límites que desconocíamos. Ellos nos han hecho ver la importancia de recuperar el contacto con compañeros y profesores, la ilusión por volver a las aulas, la necesidad de recuperar la convivencia en nuestros espacios y, principalmente, la importancia de expresar emociones y sentimientos para poder seguir adelante y sobreponernos.
  • Referentes en Educación Emocional. Si algo podemos sacar en positivo de este último año es que, los colegios que ya trabajábamos en programas de inteligencia emocional, nos hemos convertido en auténticos referentes para la puesta en marcha de este tipo de docencia en otros colegios. A los Colegios Zola se nos ha requerido como ponentes en congresos, formaciones a profesionales, encuentros escolares de buenas prácticas, etc. Y, por ende, nuestros alumnos y familias han destacado en la comunidad educativa por sus herramientas emocionales.
  • La gran ventaja de trabajar las emociones en el aula. La aplicación de la Inteligencia Emocional en las aulas, a través de nuestro Programa de Pensamiento Emocional, ha sido el punto diferenciador para afrontar los momentos más difíciles de esta pandemia mundial. La empatía, la asertividad, la resiliencia, el optimismo y la creatividad han sido, y son, claves para adaptarnos a un mundo cambiante que cada día nos ofrece una nueva sorpresa.

Y tras todas las experiencias vividas este año y con nuestras mochilas llenas de competencias emocionales y anécdotas vitales, llegamos al final del curso. Al final de este duro camino que empieza a dar visos de normalidad.

Y en este momento, lo único que podemos decir es que
ha sido un auténtico placer recorrer este camino juntos.

 

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