Aprender un segundo o tercer idioma desde pequeños conlleva muchas ventajas. En este artículo os contamos por qué es bueno, para qué sirve y en qué nos beneficia.
El cerebro de un niño en edades tempranas está preparado para aprender cualquier idioma. Aunque no hay edad para aprender, en los idiomas sí hay que tener en cuenta este factor. Hasta los 7-10 años, los niños pueden aprender cualquier otro idioma como si fuese su lengua materna. A partir de esa edad empieza a ser más difícil la adquisición de un nuevo idioma.
A continuación, destacamos por qué es bueno que aprendamos idiomas desde pequeños, para qué sirve y en qué nos beneficia:
– Mejora las capacidades cognitivas. El cerebro de un niño bilingüe es diferente al de un niño monolingüe a nivel fisiológico y funcional. Hablar más de un idioma ayuda a:
– Mejorar las capacidades analíticas y creativas
– Aumentar la capacidad para resolver problemas
– Mejorar el pensamiento crítico
– Mejorar la capacidad de memoria
– Adquirir mayor flexibilidad mental
– Mejorar la capacidad multitarea
– Influye en el desarrollo académico del niño. Al tener mayor flexibilidad mental, los estudios demuestran que los estudiantes bilingües obtienen mejores resultados a lo largo de su vida académica.
– Retrasa la aparición del Alzheimer. Según investigaciones, aprender otro idioma aumenta nuestra reserva cognitiva y puede llegar a retrasar el Alzheimer hasta 5 años.
– Mejora la capacidad auditiva. El niño aprende fácilmente a distinguir diferentes sonidos en diferentes idiomas.
– Amplía la apertura mental. Facilita poder viajar, conocer y aprender diferentes culturas. Perder el miedo a visitar países extranjeros.
– Representa una ventaja para el futuro laboral. En un mundo donde no hay fronteras, ser bilingüe, trilingüe o políglota te amplía el mercado laboral.
Por: Paqui Menacho. Profesora de alemán en Educación Infantil, 3º y 4º Primaria.